
Yemayá es la deidad superior del templo yoruba. Fue la primera en nacer cuando Olofi decidió crear el mundo, luego de sofocar con agua el fuego que imperaba. De ella nació todo lo que se conoce. Es tan añeja como quien fue su pareja; Obbatalá, quienes dieron vida a los demás orishas.
Reina del amor por excelencia, enseñó a todos los demás lo que es el amor. Su bondad y nobleza la distinguen ante la humanidad. Pero, cuando se enfada es irrefrenable e implacable con quién la indignó, aunque sus castigos siempre llevan el peso de la justicia. Su palabra es tan sagrada como la del propio Obbatalá.
Es quién domina la creatividad y a la madre natura. Es por eso que es a ella a quien se le ruega cuando se tiene problemas con el embarazo. Como madre, tiene la gloria de ser comprensiva con sus hijos. Se le toma como invocadora de la femineidad. Posee las características propias de la Luna. Dicen que es orgullosa y arrogante.
Yemayá es quién reina en el mar con su misericordia y milagros. Por lo tanto se le considera patrona de los marinos. Se le sincretiza con la Virgen de Regla.